noviembre 21, 2008

QUEEN: Solo importante para mi.


Esta es una pequeña introspección escrita, que se gatillo con el gran concierto de Queen el dia miércoles 19 de Nov de 2008.

Primero, debo decir que Queen es mi banda de cabecera. De Origen. La que me motivó y enseñó a apreciar la música.
Para contextualizar esto, se divide en dos secciones. Externo e Interno.

Interno.
Debo confesar que no tuve una infancia fácil. De familia disfuncional desde los orígenes. Con un padre trabajólico y casi ausente. Con una madre sobreprotectora que a veces olvidaba las prioridades y nos embarcaba en las mas diversas aventuras.

Externo.
Nomade desde el principio.
A esa edad, en 6to básico, ya llevaba 4 colegios. Además criada en la mayor parte por los abuelos maternos.
Siempre tuve “oreja” para la música, por eso me fui a estudiar Piano Clásico un par de años antes y era bastante feliz tocando Bach y Mozart.
Un dia que no recuerdo, escuche algo llamado Queen. Fue “Rapsodia Bohemia” y encontré tan maravilloso que una banda de “radio” mezclara su música con lo clásico que me despertó el bicho curioso que los “hijos únicos” tenemos.

Si, y también tengo temperamento adictivo.

Me compre un “cancionero” el cual tenia una tapa con una foto de una mescolanza de caras de 4 tipos, con un vocalista muerto hace poco.

Interno.
Me habían avisado hace poco que me cambiaría de colegio una vez mas y que volvería a un pueblito llamado Saladillo, donde vivía mi padre (al que veía 3 dias cada 12).
Combinando el factor adictivo con el de “cambio inminente” comencé a hinchar que quería comprarme un CD, cosa inusual de la época, dominada por los Cassettes, pero mi padre me había regalado un reproductor de Cd’s para mi cumpleaños ese mismo año, el cual aun estaba sellado y nuevo.

Asi llego a mi el Greatest Hits I y debo reconocer que desde el primer minuto del primer track mi universo sonoro cambió. Un mundo de armonías jugaban con mis oídos y un tipo con una increíblemente melodiosa voz me cantaba como si estuviese en una opera.
Dejé a los vejetes clásicos y me puse a sacar lo que escuchaba en el piano.

Pero no era suficiente.

Externo.
Habia otra cosa que llamaba mas mi atención. Un chascon crespo llamado Brian May, que según el libro, había construido su propia guitarra a los 7 años¡¡¡¡¡
Asi que sin idea de cómo funcionaba y solo por “oreja” me puse a jugar con la clásica Tizona que me habían regalado mis abuelos paternos un par de años antes.

Vuelvo al interno.
De alguna forma, esta banda reemplazó el entorno existente y fue el gran refugio. Lo que me decía que “nada iba a cambiar”, estuviese ahí o en Zambia. Poco a poco compré los cassettes (si, no tenia plata pa todos los CD’s, además de padres no muy fanáticos de la música..)
Los tenia todos y me apasionaba coleccionarlos mas que las barbies. De hecho, tenia el afiche con la discografía y los iba ordenando por los que tenia y los que aun faltaban.

Externo.
Llego el verano y termine mi colección en el Spec de Av. Valparaíso. Como se venia casa nueva, vida nueva, viajaba casi todos los fines de semana a Saladillo o a Viña y mi fiel personal siempre era la mejor compañía que podía tener. Recuerdo cuanto amé el Sheer Heart Attack y la caratula del Queen I que lo dibujé en una hoja de block, (también el Queen II, A Night at the Opera y el A Day at the Races). El Sheer se me rayó escuchándolo en el modo “para cassette de cromo” y llore como un mes.
Cambio de casa, cambio de colegio, y de nuevo cambio de colegio. No le hablaba a nadie, de hecho no recuerdo a nadie de ese curso. Solo era Queen y yo en 7mo básico. Asi que después de un par de pataletas, logré que me cambiaran a uno bien mierdoso donde eramos 6 alumnos, pero quedaba a una cuadra de mi casa y me iba en moto.

Interno.
Graves problemas de adaptación. Preferia escuchar música que hablar. Dormía escuchando en modo “sin fin” de mi super microcomponente de la época (ojo, tenia doble cassettera).
Y se veía claramente otro quiebre familiar, como siempre, asi que lo único que permanecería estable era mi música.
Dejé el piano y tocaba todo el dia en una cuerda las melodías de la guitarra.

Externo.
Las cosas no funcionaron bien en el reino, un año alla, otro aca, uno conmigo, otro con ellos
Un dia escuché 39 (lo que motivó este post)
Y mi percepción de lo eterno se acabó.
Habla de una tripulación que se sube a su nave y parte hacia el espacio. Poco tiempo después regresa a la tierra y ya no hay nadie de los que conocían. El tiempo pasaba diferente en el espacio.
Me marcó tanto esa canción que hice estupideces como “escribirme una carta a mi misma” y guardarla en una cajita que decía “abrir en 10 años mas”. Bueno, lo hice y me rei como media hora por las tonteras de “hola Pauli del Futuro”.
Por esas cosas de la vida, pasé muchísimo tiempo sola con mis abuelos ese año y el siguiente (92 y 93) y me angustiaba pensar en que lo mas probable era que no los viera para siempre. En la fragilidad del tiempo, de la vida y de las cosas que quieres. Recordaba 39 y me brillaban los ojos, asi que la veté. No la oí nunca mas. De hecho, también veté el disco y el A Kind of Magic por su lacrimosa “Who Wants To Live Forever”, (y reconozco que ahora no me gusta ese disco). Se me apretaba la garganta cada vez que sonaba.

Interno.
Paso un año mas y llegó mi adolescencia. Murió mi abuelo y las cosas volvieron a cambiar. Colegio nuevo, casa nueva, “familia” nueva. Creo que ahí comenzó la ultima etapa y madurez de mi rebeldía. Tuve verdaderos amigos y no compañeros de curso, novios, peleas, desilusiones, etc…
Y Queen siempre estuvo ahí. Sonando conmigo, como soporte, como base de existencia, para partir desde ahí.
Llegaron muchas otras bandas. Nuevos discos, nuevas tendencias, nuevos intereses, pero siempre hubo un espacio para Queen. Ya no recordaba las letras como antes, las sensaciones eran mas débiles, el nudo en la garganta desaparecía.

Pasaron años, quizás demasiados.

Los cassettes y discos se perdieron en alguna mudanza, y claramente algunos recuerdos también.
Nuevos amigos, nuevas emociones, nuevos mundos, donde verdaderamente el tiempo pasaba diferente.
Un dia, hace un año o mas, estábamos en el living de mi depto y un amigo sacó su celular. Tenía música que intercambiar como “ringtone” y ahí vi que tenia mi amado Sheer Heart Attack. En cuanto se fueron descargué el disco. De hecho, los descargué todos. No los escuchaba de forma recurrente, pero a veces era lindo que saliera alguna canción en el reproductor aleatorio.

Externo.
Noticias: Queen en Chile. Vocalista nuevo.
Creo que nunca había estado tan ansiosa para un concierto. Ver a mis maestros, compañeros de la vida. Compramos la entrada un par de días después de que salieron a la venta. Sector preferencial, obvio. 
Escuché la discografía una y otra vez, pero no lograba que me produjese lo de antes. Vi los mil videos en youtube de las presentaciones. El setlist como carpeta especial en “mi música”.
Llegaron y me fui al Hyatt. Los esperé, fotografié y hasta conversé. Reventé mi Visa en los bares del hotel, hicimos planes estratégicos para poder entrar, etc. Como una fanatica demente, como con “efecto zancudo”.

Interno.
Llegó el dia. 
Tenia una revolución hormonal del demonio. De hecho perdí absoluta percepción de realidad. No fui a clases, me importo una gonada el mundo. Solo Queen era el objetivo. Necesitaba verlos. Necesitaba escucharlos a ellos tocar las mismas cosas que me tocaban años atrás, en mi personal.

Comenzó el concierto.

Un nuevo vocalista que hacia muy bien su trabajo.
Las primeras notas y volvieron las mismas sensaciones de cuando era niña.
Volvieron las mariposas.
Volvieron las melodías que me decían “tranquila, todo estará bien”.
Volvieron los recuerdos, los viajes, los cassettes, las sensaciones…

Y lloré.
Lloré como si me hubiese perdido en el espacio solo un dia, pero al volver ya no hubiese nadie.
Como si el estadio se hubiese vaciado y solo estaban ellos y yo.
Como si el tiempo se hubiese detenido 18 años atrás y todo lo demás lo vi en alguna futuristica película.

Y suena 39’.
...

Lo único que siento es que nunca sabrán lo importantes que son en mi vida. Lo maravilloso que fue crecer con ellos y gracias a ellos. Lo que significan para mi.
Me quedaré con el recuerdo de haber estrechado su mano, de hablarle y que me respondiera, de que alguna vez pude en la vida, estar con ellos a metros, de mirarlos y sonreir y que hicieran el gesto de vuelta.


Lo mejor de todo, es que tengo mis recuerdos otra vez.



In loving memory of :
Farrokh Bulsara, Laura Simms y Jaime Grandon.