noviembre 12, 2007

Ida y Vuelta


Y ahí estaban.
Sentados en la “gran mesa” tan característica…
Nunca me gustaron los orientales, no confío en sus ojos rasgados, siento que algo ocultan.
Además tanta parsimonia para tratarse entre ellos, como si fueran una raza superior.

De hecho, el cuadrante Asiático nunca fue mi fuerte, por eso retome el occidental.
Puedo decir que soy levemente racista.

Sobre todo en estas circunstancias.

Maniatada el mundo gira en otra velocidad y sobre todo con semejante cañón en las costillas.
Aun siento el sabor de la sangre seca en mi boca.
No se los hice fácil, es su trabajo!
Además no soy de las que se rinden sin pelear, aunque sabia que mas que esto, no podían hacerme… Me necesitan.

El tipo del fondo hace una señal que apenas puedo ver, no se por que estos orientales de mierda disfrutan con estar a media luz, será para agregarle el estilo James Bond?
De pronto todos salen y me quedo con el, pero solo distingo su silueta y su anillo de pésimo gusto. El foco en mi cara es levemente cegador.

-Y caiste…

No respondo, aunque tenga la mitad de mi pelo en su mano para mirarme a los ojos…

-Podrías haberlo hecho mas fácil... cuando te contactamos. Te gustan las cosas difíciles.

Si tan solo tuviera mis armas este imbecil tendría muchas cosas mas interesantes que decirme.

-Y pertenecer a tu “mafia” de bastardos chinos? No corazón, no nací de una puta callejera como tu..

Algo tibio cae por mi mentón, pero no siento dolor, se adormeció hace por lo menos cuatro horas atrás. Siempre recordarle su madre aunque sea el mafioso mas grande de la historia, pasa inadvertido.

-Bueno, pero ahora que tuviste la gentileza de acercarte a nosotros, vamos a conversar en mis términos, estamos?

Años practicando el arte del escupitajo y creo que con este pasare a la historia.

-No quieres cooperar veo..- mueve la cabeza como gesto de reprobación.-Tengo unos amigos que creo que ya conociste que pueden ayudar a que esto… fluya….

Nota mental, nunca dar la espalda. Menos a alguien que no estas seguro que esta inmovilizado.
No sintió mi brazo en su cuello, pero si vio mi sonrisa de placer al apretarlo.
Para trabajar en esto tienes que tener algún grado de sadismo, si no, tu vida no será fácil.

Ahora a encontrar el camino de vuelta….

No hay comentarios: